La relación con la música
Los ritmos tradicionales son por excelencia binarios, de dos o cuatro tiempos y todo lo que se pueda escuchar hoy en día con tiempos diferentes son en realidad el resultado de elementos importados (el vals, ritmos de 5 tiempos, ritmo ternario).
Por lo tanto, todas las técnicas de la danza tahitiana provienen de la fórmula uno-dos, o uno-dos-tres-cuatro. .
Los principios del movimiento en el espacio tienen una relación muy estrecha con la pulsación. Aunque se puede bailar tanto siguiendo el ritmo como como la pulsación.
De esta manera, sobre cuatro pulsaciones o cuatro sub-pulsaciones, se balancea la cadera cuatro veces para completar un paso.
También existe la opción de balancear tres veces para realizar un paso marcado, donde el cuarto tiempo se marca exagerando y estirando el balanceo de la cadera.
Este principio se aplica a cada paso, y se debe enseñar al principio de la formación y así conseguir que las alumnas siempre estén seguras y se puedan apoyar en la música.
Los coreógrafos pueden crear sin música de apoyo, que se compondrá más adelante, o bien basarse en una melodía ya compuesta.
Mientras que coreografías realizadas sobre un texto cantado o recitado, se hacen tomando en cuenta la música y a partir de ella.
Cuando “se escribe” la danza tahitiana, es decir cuando se crea una coreografía, y sobre todo los otea, la parte gestual en sí tiene significado mientras que los pasos sólo son una forma original de marcar el ritmo. Los pasos y las técnicas de la danza tahitiana que son percibidos como la originalidad del Ori Tahiti, no tienen en realidad ningún significado especial.
Claro que en un concurso de baile como el Heiva, lo contrario ocurre: la secuencia de pasos tiene que seguir y dar énfasis al sentido general del texto que sirve de base a la coreografía.
Para obtener más información, consulte el capítulo “la escritura del baile”